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Reforma de Josías (2 Cr 34,3-5)

Luego el rey ordenó al sumo sacerdote Jilquías, a los sacerdotes auxiliares y a los porteros que sacasen del Templo todos los objetos dedicados a Baal, a Astarté y a todos los astros celestes; los hizo quemar fuera de Jerusalén, en los campos del Cedrón y mandó llevar sus cenizas a Betel. Destituyó a los sacerdotes instituidos por los reyes de Judá para quemar incienso en los santuarios de las ciudades de Judá y alrededores de Jerusalén y a los que quemaban incienso a Baal, al sol, a la luna, a los signos del zodiaco y a todos los astros celestes. Sacó del Templo la columna sagrada, la llevó fuera de Jerusalén, al torrente Cedrón, y la quemó allí hasta reducirla a cenizas, que luego tiró a la fosa común.

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